EL CINE,
INVENCIÓN ESPAÑOLA
¿Qué existe en el
mundo, a partir del siglo XX, más popular y que más haya influido en la mente
global que el cine?
¿Quién ha creado los
mitos y arquetipos que han modificado sociedades enteras sino él cine?
En efecto, se puede
asegurar que el cine y su plasmación en industria y medios de visualización
posteriores, como la televisión, ha creado el mundo moderno; sin el poder de la
imagen viva los medios de lavado de cerebro y adoctrinamiento global no habrían
tenido ni siquiera una parte de su éxito actual.
La invención de tal
poder de comunicación y modificación (que si no hubiese existido mejor
estaríamos en todos los aspectos) se atribuye a los franceses hermanos Lumière aunque estos llevaron a la práctica y patentaron
las ideas e inventos de otros, y como no, de un español llamado Mariano Diez
Tobar.
¿Quién era Mariano
Diez? Nació en Tardajos (Burgos) en 1868, de familia
humilde ya desde muy niño mostró dotes que de algún modo, y en aquellos
tiempos, obligaron a sus padres a tratar de que el niño siguiese estudiando, lo
que consiguieron haciendo que este asistiese a una escuela de un pueblo vecino
llamado Las Quintanillas, para lo cual el niño debía andar todos los días diez
kilómetros.
El padre Mariano Díez
Tobar (más joven, a la derecha de la foto) y el padre Manuel Santín (fotografía familia Manuel Santín)
A los catorce años y
siguiendo dando muestras de su enorme talento, entró en el Seminario de
Sigüenza (Guadalajara), estando posteriormente destinado, ya sacerdote, por los
Padres Paúles a Madrid, Murguía (Álava) y Villafranca del Bierzo (León) en
diversas épocas.
Su interés por las
ciencias y sus aplicaciones no hizo nada más que crecer durante toda su vida,
creando el Museo de Ciencias Naturales y Etnográfico de los Padres Paúles en
Villafranca del Bierzo. Su enorme inventiva se encuentra, en pequeña parte,
recogida en el Museo Etnográfico de los Milagros en Baños del Molgas (Orense).
Su fama como profesor,
erudito e inventor era inmensa y acostumbraba a dar conferencias donde
explicaba sus ideas, descubrimientos e inventos de modo completamente libre y
altruista, ya que "cedía con absoluto desinterés
a cualquiera de los asistentes para que lleve a la práctica cualquiera de las
ideas o conceptos que encuentre nuevos en las charlas"
Corría el año 1889 y en
una de esas conferencias titulada “El
cinematógrafo: descripción del aparato por el que las imágenes de las personas,
como el resto de cosas que existen en el acto, o que no existen, aparecen en vivo
y como si fueran la realidad, con sus colores, movimientos, etc… ante nuestra
vista” expuso la problemática del movimiento de las
imágenes y su solución.
En dicha ocasión
(¿casualidad?) se encontraba en la conferencia un ingeniero francés llamado A. Flamereau, que a la vez era representante en España de los
hermanos Lumière en todo lo relacionado con la
fotografía y similar.
El padre Mariano Díez
Tobar se entrevistó posteriormente con Flamereau (se
conoce de cierto su entrevista en Bilbao en 1892) al que le explicó en detalle
la solución del movimiento real de las imágenes y como llevarla mecánicamente a
cabo, entregándole documentos al respecto de los que nunca se han tenido
noticias posteriormente.
Ni que decir tiene que
le faltó tiempo a Flamereau para poner en
conocimiento de los Lumière todos estos datos, con lo
que, siguiendo sus principios estos pudieron construir la máquina denominada
cinematógrafo, patentarla y realizar la primera representación en París.
En todo caso hay que
decir que los Lumière siempre reconocieron
implícitamente su deuda, realmente impagable, con el padre Díez, al que
invitaron especialmente a la primera representación que se dio en España del
cinematógrafo, en los bajos del cine Rusia de Madrid, invitación que el
sacerdote no aceptó, pero no por ello debemos pensar que motivos de enfado o
similar (cedía todo de modo altruista) fuesen causa alguna de la negativa, sino
que los intereses de Díez estaban siempre en sus estudios, sus clases y sus
pensamientos, haciendo realmente caso omiso de la farándula del mundo exterior.
Como inventor no tenía
límites, no ya los mismos inventos, sino solo la idea de que ello fuese posible
y el cómo atacar los problemas eran absolutamente geniales; de las quince
máquinas e instrumentos que inventó solamente llegó a patentar uno, el rotógrafo de curvas, un aparato usado en ingeniería para
trazar curvas especiales.
Entre sus inventos,
además del cinematógrafo,se encuentran:
-Logautógrafo: Maquina diseñada para
recoger la voz humana y convertirla en escritura. Solo la simple idea de que
esto se le ocurra a alguien en aquellos tiempos es para descubrirse, pura
ciencia ficción.
-Iconoscopio: Maquina capaz de transportar las imágenes de un lugar a otro, precursor
de la idea de televisión entre otras. Valen los comentarios del anterior
invento.
-Reloj accionado por el sonido o la voz: Un ejemplar de este
reloj estuvo funcionando ininterrumpidamente durante diez años en un aula de
Villafranca, accionado con la voz de las clases y los sonidos del aula. Sin
comentarios.
Etc., Etc.,….
Después de una súbita
enfermedad fue trasladado a Madrid en 1926, donde falleció. Desgraciadamente
todos sus escritos y documentos fueron destruidos en Villafranca del Bierzo
inmediatamente después de su muerte, por lo que no podemos saber lo que se ha
perdido, sin duda original y esclarecedor.
La destrucción no es
tan extraña, ya que el padre Díez siempre tuvo problemas en los Paúles por su
para ellos desmedida afición y estudio en las ciencias físicas y matemáticas,
por lo que llegaron a acusarle de alguna herejía que el prontamente refutó; ya
se sabe el dicho “De los Paúles no esperes ciencia, ni de los jesuitas piedad
ni de los franciscano pobreza”.
En resumidas cuentas
tal destrucción inmediata se debió sin duda a resquemores por su valía y a
antiguas rencillas y envidias que esta levantaba; en definitiva, lo normal en
España, siempre que sea contra nosotros mismos, no contra los demás a los que
reverenciamos. Este tipo de comportamiento es realmente la anti-españolidad, introducido
artificialmente en nosotros por otras “culturas” a fin de socavamiento y
destrucción.
Tenemos en el padre
Díez Tobar la imagen de un verdadero español, imbuido en la verdadera cultura
española, desinteresada y de ayuda y apoyo a los demás, sin esperar
agradecimientos y sin apego a lo material.
Lo anterior es la
verdadera causa de la persecución de nuestra cultura, única en el orbe, ya que
su conocimiento o muestra a las demás, en un mundo dominado por el materialismo
y el interés pecuniario más absoluto, podría dar a conocer otra realidad más
humana y digna que a los poderes actualmente dominantes interesa ocultar y que
están tratando de hacer desaparecer a toda costa.
&&&&&&&&&&
&&&&&&
&&&
&