SERVILISMO Y
MIEDO HISPÁNICO II
Como ya indiqué en el primer capítulo de esta “serie”, no iba a comentar
nada más sobre este tema por las razones allí expuestas, pero la ignominia, la falsedad
y la traición son de tal calibre que me veo obligado a volver nuevamente sobre
él; en este segundo capítulo y como ya pronostiqué en el primero sobre los
portugueses, baste con repetir lo allí comentado:
“Por cierto, no se espere nada de los “hermanos portugueses” que estos
son todos menos tales “hermanos”, nada se hará contando con ellos que solo son
rémora y traición final asegurada. Lo único a dirimir con ellos es el por qué
han robado medio continente que no les pertenece y evacuarles de allí más
pronto que tarde. Con esta gente jamás se conseguirá nada positivo en el
continente americano.”
Y en efecto, de modo inmediato han procedido a la puñalada por la
espalda, lo que ya ni siquiera debe extrañarnos contra un país en demolición,
que todo el mundo sabe no va a responder a ningún ataque.
Seguidamente la última felonía portuguesa:
Portugal tergiversa la historia y borra al Imperio Español de la vuelta
al mundo
Manuel P. Villatoro y Francisco
Chacón ABC
es.soft.net
El país vecino busca que la Unesco
reconozca la «Ruta Magallanes» sin Elcano ante la falta de acción y diplomacia
del Gobierno de Sánchez.
El quinto centenario de la
primera vuelta al mundo, entre el 20 de septiembre de 1519 y el 6 de
septiembre de 1522, ha visto cómo Portugal se afana en sacar adelante la Ruta
Magallanes como Patrimonio de la Humanidad reconocido por la Unesco.
Pero la expedición de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano,
que fue financiada por la Corona española, ha quedado reducida en
su propuesta a una iniciativa portuguesa, cuando partió de Sanlúcar de
Barrameda y finalizó en esta misma población de la provincia de Cádiz.
Ni rastro del marino vasco en los documentos oficiales presentados por el
Gobierno del país vecino, o mejor dicho sí, pero solo para citar que comandó el
viaje de regreso porque el navegante luso había fallecido en Filipinas un año
antes. Nada más. En ningún momento se plantea a la Unesco un reconocimiento
patrimonial conjunto que contemple tanto a España como a Portugal en armonía.
La candidatura comenzó a fraguarse al otro lado de la frontera en junio de
2015, encabezada por el alcalde de Sabrosa (la localidad norteña donde nació
Magallanes), José Marques, quien declaró entonces: «Nos gustaría
que, en 2019, año en que se iniciarán las conmemoraciones de los 500 años del
histórico viaje, ya tengamos la calificación de Patrimonio de la Humanidad».
Cierto es que, dos años antes, se había dado luz verde a la denominada Red
Mundial de Ciudades Magallánicas, según la terminología lusa, y que
ahí están incluidas Tenerife, Guetaria (la
localidad guipuzcoana donde nació Elcano), Sevilla o Sanlúcar
de Barrameda. Pero ni en su momento ni hoy se ha avanzado hacia una
celebración a la par.
En 2017 se asentó el
proyecto. Fue entonces cuando Portugal incluyó la propuesta en la Lista Indicativa de la Unesco, una relación
previa elaborada por cada uno de los países de la que se seleccionan, cada
cierto tiempo, las candidatas a ser nombradas Patrimonio de la Humanidad. La
propuesta sigue citada en la web de la organización como «Route
of Magellan. First around the World»
(«Ruta de Magallanes. Primera alrededor del Mundo») y, en la misma, el marino
vasco Juan Sebastián Elcano no es nombrado ni en una ocasión.
El escrito sí cita a España tres veces, aunque sin recalcar su papel
preponderante en el hecho. Un escuálido reconocimiento que no evita el agravio
que supone que el territorio que negó a Magallanes la financiación para llevar
a cabo este viaje (el marino acudió al monarca luso antes que a Carlos I) y que
combatió con todas las armas que pudo para evitar esta travesía se apropie de
la gesta.
España olvidada
Lo mismo sucede con la nota de prensa
que la República Portuguesa publicó en 2018 para anunciar la formación de la
Misión de las conmemoraciones del V Centenario de la circunnavegación dirigida por el
navegante portugués Fernando de Magallanes (EMCFM); la comisión
encargada de organizar las celebraciones del aniversario. Un texto en el que
tanto España como Elcano brillan por su ausencia. Este organismo, por el
contrario, sí recalcó ese mismo año que el proyecto buscaba «reconocer el
papel, pasado y presente, de Portugal y de los portugueses para promover el
conocimiento y el diálogo intercultural [...] contribuyendo a una sociedad más
justa, inclusiva y con mayor bienestar».
Fuentes españolas de la Unesco han corroborado a ABC que, a día de hoy, la
candidatura portuguesa se encuentra únicamente en la Lista Indicativa del país,
donde algunos proyectos han permanecido «decenios sin dar nunca el paso a una
candidatura formal». A su vez, han incidido en que, en el caso de que los lusos
la eligieran (cosa imposible este 2019, pues ya han seleccionado el número
máximo) la propuesta tendría que demostrar ante dos organizaciones
independientes su validez histórica. Entre los organismos se encontraría
el Comité de Patrimonio Mundial, en el que España cuenta con
representación.
¿Dónde queda España en toda esta historia? Desde la Secretaría de
Estado de la España Global (destinada a potenciar la imagen de nuestro
país en el mundo) han declinado hacer declaraciones «por respeto a la comisión
que organiza el aniversario». Se refieren a la Comisión Nacional para
la conmemoración del V Centenario de la expedición, con la que ABC ha
intentado contactar sin éxito. No obstante, fuentes del Ministerio de Cultura
han señalado a este diario que, a pesar de que desconocían la existencia del
proyecto, solicitarán en los próximos días al embajador español ante la Unesco
que elabore un escrito pidiendo información sobre la propuesta.
Verdad histórica
Solo cabe esperar que estas
explicaciones logren hacer entender a Portugal que la realidad histórica se encuentra
de parte de España. Así lo confirma a ABC el doctor en Historia y profesor
universitario Agustín Rodríguez González, autor de « La primera vuelta al mundo» (Edaf, 2018): «Fue una empresa española. Se trataba de
llegar al archipiélago de las Molucas por otro camino
distinto del portugués, que contorneaba África y luego atravesaba el Índico
para llegar al Extremo Oriente».
Enriqueta Vila, doctora en Historia de América y miembro de la Real
Academia de la Historia, está también convencida de que la gesta fue española.
«El monarca portugués Manuel I despreció a Magallanes», explica
en declaraciones a ABC. La experta afirma que el marino llegó a Sevilla
«resentido» por aquella respuesta y, casi siguiendo los pasos de Colón,
presentó su proyecto a la Corona. «En el mismo instante en el que fue aceptado,
personajes como Sebastián Álvarez, delegado del rey luso, intentaron evitar que
la expedición partiera», añade. El mismo embajador intentó que «se diera marcha
atrás en las capitulaciones». Por ello, considera una «verdadera osadía que se
intente hacer ver que fue una obra del país vecino».
Rodríguez establece además que los lusos «enviaron buques armados contra la
expedición» y que los supervivientes que lograron arribar a su destino y
quisieron volver a España tuvieron que enfrentarse a Manuel I. «La nao
"Trinidad" fue apresada por los portugueses, que mantuvieron a los
supervivientes en prisión largos años», desvela. De hecho, Elcano se vio
obligado a evitar las escalas porque «sabía que le detendrían». «Solo hizo una
en Cabo Verde y los portugueses encarcelaron a la docena de marineros».
Los ataques portugueses
Evitar la salida
Las crónicas confirman que los portugueses se plantearon asesinar a Magallanes
para lograr detener la expedición. Este decidió acompañarse de sus criados
cuando llegaba la noche para evitarlo.
Detener la expedición
A mediados de noviembre de 1521, un capitán llamado Tristán de Meneses informó
a la expedición de que el rey portugués había mandado una flota para
interceptarles.
Las naves de Faría
Además de aquella flota, Manuel I encargó al capitán Francisco Faría evitar, con dos baterías de bombardas, la
finalización de la misión. Por suerte, el marino tuvo que regresar a puerto.
Sin escalas
Durante el regreso, Elcano solo hizo una escala en la que los portugueses
encarcelaron a una docena de marineros y persiguieron a la «Victoria», que
logró escapar.
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Sobran los comentarios; pasemos
al siguiente capítulo…