Figura 1
Figura 2
Se
sitúan las fichas con las condiciones elegidas de tipo de dominó, filas y
columnas deseadas, etc. en un rectángulo en cuya primera columna y último lugar
(parte inferior del cuadro) se situará inicialmente el doble mayor que el
solitario permita, en el caso de ejemplo el [6 | 6], siendo este el único doble
que habrá en juego.
En
el lugar opuesto, primera fila última columna, se deja ficha sin poner, es
decir, el hueco con el que se podrá jugar para mover las fichas e ir
desplazándolas a través de la red de fichas; el objetivo es, desplazando una
ficha por vez en cualquier dirección ortogonal (no diagonal), lograr llevar el
doble hasta el lugar del hueco inicial, momento en el cual se habrá sacado el
solitario.
Para
ello se habrá de cumplir en los movimientos la regla siguiente: no se puede
efectuar un movimiento cuando al realizarlo alguna de las caras de la ficha
movida se confronte directamente en cualquier dirección ortogonal con otra cara
del mismo palo de cualquier ficha allí situada previamente. Al colocar
inicialmente el solitario sí pueden existir fichas que confronten iguales
palos, pero no en los movimientos que lleven a la consecución del solitario.
Figura 3
En
la figura anterior vemos cómo se puede realizar el desplazamiento del [5 | 0]
hacía arriba para rellenar el hueco, así como el de la ficha [6 | 3] a la
derecha, pero no el de la ficha [6 | 5] hacia abajo, ya que confrontaría su 6
con el de la ficha [6 | 3] y tampoco se puede hacer el movimiento de [5 | 2] a
la izquierda, pues confrontaría su 5 con el de la ficha [6 | 5] superior.
Podemos
solicitar solución de cada solitario, si existe, o estudio estadístico. Vemos
en la figura 14 que se realizó a mil pruebas, dando como resultado con las
condiciones actuales que la posibilidad de éxito en este solitario es
aproximadamente del 2% de las veces.
En
la figura 2 vemos que se puede elegir la profundidad para estudiar el que un
solitario pueda tener éxito, siendo más probable cuando esta profundidad y el
total de fichas utilizadas sea proporcional; por ello se pueden situar
distintas profundidades a fin de estudio, pues un solitario puede no salir a
una profundidad y sí a otra mayor. Por lo general el solitario es cada vez más
difícil según aumenta el número de fichas utilizadas y disminuye el número de
palos, ya que la confrontación de iguales se hace más probable.
Un
solitario puede tener éxito a un número determinado de movimientos, pero como
al encontrar el primero ya no buscará más este será el resultado que nos
ofrece, aunque pueda haber caminos en el que también se consigue el solitario
con menor número de movimientos; para encontrar estas soluciones óptimas
podemos activar la opción “Línea óptima”, con lo que buscará esta; el tiempo de
resolución puede aumentar pues investigará todos los caminos posibles.