
“II)
Juego con más de un doble acompañado: la salida se hace por el doble más alto.
De esta manera se le informa al compañero que no se tienen dobles superiores
acompañados…”
La falta de rigor es total desde el
primer momento ya que se debe especificar cómo de alto es el doble a jugar y cómo
de acompañados están los restantes posibles en mano, sin eso es pura
especulación sin fundamento, ya que unas veces sería cierto y otras falso según
las referidas características.
Por supuesto el autor elige una
posición en que claramente es cierto, incluso con el mismo total de fichas
entre dobles, pero eso es un engaño no quiero pensar que deliberado pero sí al
menos carente de rigor y conocimientos.
Veamos una posición de tantas con las
características que el autor indica a su regla y la solución real de dicha
posición, con las verdaderas mejores jugadas y salidas:
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REPARTO |
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FÓRMULA |
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Figura
1
Cómo observamos la superioridad del
doble menor en todos los resultados, veces mejor, tanto por ciento, veces
ganadas y media de puntos obtenida es evidente.
Se observa también que nadie parece
tener en cuenta los casos en que los dobles comparten palo en sus fichas, por
ejemplo la figura siguiente, donde el dos y el tres comparten ficha con el palo
uno. Vemos ahora los resultados:
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REPARTO |
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FÓRMULA |
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Figura
2
Nuevamente se observa la superioridad
del doble menor en todas las estadísticas, pero con valores distintos a los
anteriores; esto se debe a que la relación de fuerzas cambia radicalmente si se
comparten otros palos, lo que puede en algunos casos llegar a cambiar la
decisión del juego, pero todos estos autores desconocen por completo todos lo
referente a la verdadera estructura del juego, o sea, todo el juego. Es
increíble.
Y tengamos en cuenta que no se ha
querido forzar más la posición dando mayor número de fichas aún al doble menor
u otros modos de hacer más fuerte su posición.
Es increíble la obsesión de la
literatura con lo que dan en llamar “información” adulterando el concepto
totalmente y haciendo justamente lo contrario de lo que indican realizar, ya
que la información real está en la estructura del juego y su deducción lógica,
no en los acuerdos, públicos o no, que se quieran aplicar y que finalmente
pueden llegar hasta a ser perjudiciales y de hecho lo serán si no respetan el
fundamento real del juego.
Sobre este tema ya trato en extenso en
el volumen “El cierre” de “La ciencia del dominó” y otras secciones de este
mismo, a lo que me remito.
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González Sanz
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