Continuación
del artículo anterior y respuesta a nuevo libro en que se continuan
los despropósitos.
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LA “HISTORIA”
INTERMINABLE Ii
1.- Introducción
2.- Plagios y apropiaciones indebidas
2.1.- El nuevo ajedrez en el Vicent
2.2.- El método de exclusión de antiguos juegos respecto al juego de damas
2.3.- El libro de Torquemada
2.4.- Damiano y cia.
3.- El "Scachs d'amor":
3.1.- La creencia en las martingalas: la “creación instantánea” del nuevo
ajedrez
3.2.- ¿Es ajedrez actual?
3.3.- Datación: filigranas y monsergas varias
4.- Vicent:
5.- ¿Regionalismo implícito?
************************************
1.- Introducción
A
raíz de la aparición de un nuevo “libro de historia” (1) referido al ajedrez y
como “efecto colateral” al juego de Damas, decido hacer este nuevo comentario
que espero sea el último respecto a un tema que a decir verdad es ya bastante
aburrido y de escaso interés.
Muchas de las
cuestiones que podrían ser comentadas aquí no lo serán, pues es repetir
razonamientos, datos y conceptos ya sobradamente expuestos en
el artículo “La historia interminable I” en esta misma página, por tanto es
conveniente tener conocimiento previo de dicho artículo.
A continuación
algunos cortos comentarios sobre cuestiones que no trataré posteriormente, pero
que deben quedar clarificadas desde el primer momento:
a) ¿Quién/es
son el autor/es del libro?
Sorprende que en todo el libro se haga
referencia siempre al autor como conjunto o equipo de autores, siempre en
plural y en referencia a diversos entes cooperantes, jamás individualmente, que
debería ser lo correcto ya que figura como responsable de la obra un solo
autor.
Llegan a hastiar las expresiones
“pensamos”, “creemos”,”en nuestra opinión”, etc. Por
lo cual se debería indicar al lector quién/es son dichos autores, a los que lee
sin conocer ni de nombre, ocultación impropia de cualquier investigación que se
precie.
¿Qué sucede? Pues bien sencillo, el autor
es por supuesto el titular del libro, el cual no desea cargar en el fondo con
tanto desatino y se escuda de continuo en referencias a compuestos entes
pensantes en parte ajenos a él, a fin de repartir las veleidades. Poco honrado
intelectualmente, aunque solo una gota de agua en el mar de sus tropelías.
b) ¿Se
puede hacer historia mediante suposiciones o creencias?
Sobre este tema vuelvo a incidir en la
lectura antes citada en esta misma página(“La historia interminable I”) donde se trata el tema en particular. Solamente volver a
señalar que la historia se escribe mediante datos concretos, referencias
explícitas y fuentes diversas de confirmación, no sobre suposiciones,
creencias, opiniones y deseos.
En relación a este tema se encuentra el
que sigue.
c) La
técnica del lavado de cerebro: repite que algo queda
En todo el libro se tiene buen cuidado de
no asegurar ni afirmar rotundamente nada; el porqué es evidente: No se indica
ni un solo dato concreto, explícito y fehaciente de nada de lo mantenido, por
lo que el autor repite hasta la saciedad expresiones como “creemos”,
“pensamos”, ”opinamos” y un largo etc. que indican la absoluta falta de apoyo
real a su pléyade de teorías. En pocas palabras, no puede demostrar ni uno solo
de sus argumentos, todos se indican como creencias u opiniones. ¿esto es
admisible en un libro que pretenda ser histórico?
Aunque todo ello tiene una finalidad:
machacar de continuo las mentes que lean el mastodóntico volumen a
fin de que poco a poco, a fuerza de repetición y apropiación, se introduzca en
éstas la idea de verdad de estos supuestos para finalmente dar el golpe último
y tomar por “verdadero” o “demostrado” aquello que sólo se indicaron como
conjeturas.
Después de cientos de páginas pocas
personas serán capaces de separar lo supuesto de lo verdadero y al final solo
queda la sensación de la historia contada, no el diseccionamiento de
la misma. Esto es solo una aplicación de lo ya sabido y puesto en práctica por
todos los totalitarismos: “Una mentira repetida mil veces se transforma en
verdad en la mente de las personas”. Ni más ni menos.
A este respecto es gracioso el comentario
de una revista de ajedrez, en el que se indica “que el libro se lee como si de
una novela se tratara”. Pues claro, no es ni más ni menos que eso, una novela
de pseudo-historia al uso de las ahora en boga,
como “El código da Vinci” y basuras historiográficas varias.
Volviendo a incidir en lo comentado, el
autor tiene buen cuidado de no asegurar nada en toda la obra, sólo “opinar”,
para finalmente ¡dar por válida la conclusión de toda la cadena de “opiniones”!
Pongamos un ejemplo; damos a una opinión
el 50% de posibilidades de ser verdadera y formamos una cadena de 10 de estas
opiniones. La conclusión basada en ellas tendrá una posibilidad de (1/2)10 de
ser verdadera, o aproximadamente una entre mil, no al contrario. Pues así va
todo en este “erudito”
estudio.
d) Huyendo
de ilícitas apropiaciones…para caer en otras
Es indudable que el autor ha tenido buen
cuidado de no caer en las barbaridades que señalé en (2). Debido a ello ha optado por no volver a apropiarse como
valencianas las obras de cualquier autor que se tercie, incluso el incunable de
Lucena. Respecto a éste ya se libra de tomarle por tal, denominándolo como
“salmantino” e indicando que de ningún modo es un plagio.
Curioso proceder cuando en obra anterior (Ver 2) aseguraba que pertenecía a las obras valencianas y que no
era más que el Vicent traducido. Visto que
ha vuelto atrás en este tema concreto no estaría de más indicar su error y
disculparse por ello, ya que ha cometido la peor felonía intelectual que en tal
tema se puede hacer; pero todo lo contrario, sencillamente no dice nada al
respecto, como si jamás hubiese mantenido lo contrario y poder sortear esta
metedura de pata, que descalifica por ella misma a cualquier pretendido
estudioso.
Como en su anterior obra cometió varias de
estas bochornosas apropiaciones, simplemente ni hace mención a ellas. La ley
del silencio, así se ahuyentan los problemas en los círculos sectarios.
Pero claro, creyéndose ya libre de esta
rémora, se implica en nuevas apropiaciones incluso fuera de nuestras fronteras,
no quedando en la práctica obra de alguna importancia que se libre del ansia
acaparadora de este fenómeno de la
reivindicación.
2.- Plagios y
apropiaciones indebidas
2.1.- El nuevo ajedrez
en el Vicent
Un
punto fuerte de sospecha sobre el contenido del Vicent siempre
ha estado en el ambiente, ya que las únicas personas que lo han tenido en sus
manos e incluso revisado indican su contenido como de juego de damas.
El último de ellos,
Vargas Ponce, en su relación de incunables de Monserrat y teniendo
estos en sus propias manos escribió en su reseña: “Vicente Francisco, sobre el
juego de damas, en Valenciano, 1 tomo, 4º, por Antonio López de la
Roca, 1495”.
Esto ha producido
mucho desasosiego y confusión entre los estudiosos, pues de ser esto
cierto(¿por qué iban a mentir?) el Vicent sería
un libro de damas y no de ajedrez, eliminándolo por tanto de la historia de
éste; al encontrarse el libro desaparecido en la actualidad es además imposible
ver su contenido. El aclarar este tema es por tanto vital y urgente.
Pues bien, nuestro
inefable autor ya indica la solución en la página 367 y además indica que la
hizo saber en conferencia dada en Segorbe (pueblo de Vicent) y en presencia del excampeón mundial Anand. Veamos lo escrito sobre este enigma en la referida
página:
“Sin embargo, como
recordamos en nuestra conferencia en Segorbe, con motivo de la visita
de Anand en junio de 2004,la verdadera
razón de la confusión de Ponce sobre la materia del libro es que al
hojearlo, página tras página, se encuentra con que en la mayoría(probablemente
en 79 problemas) figura la leyenda “De la dama”. Esta indicación, que es
imposible de discernir entonces incluso para un ajedrecista, marca las dos formas
de jugar al ajedrez, que coexisten a finales del siglo XV, pero a Vargas le
hace pensar, no le faltan razones, que se trata de un manual del juego de
damas”.
Señalar que la
negrita del texto figura igualmente en el libro. En efecto ésa es la solución
al enigma, lo único que se le olvida indicar a nuestro “intachable historiador”
es a quién se debe la resolución del problema, ocultándolo deliberadamente y
eso que se considera un adalid de la justicia y la verdad.
Pues bien, tal solución
es de mi propia autoría; observando que los expertos en ajedrez estaban
totalmente despistados en este tema comuniqué la solución a Garzón en correo
electrónico de fecha 23 de marzo de 2003:
“2.4.-Las menciones a
“damas”:
Las
menciones al respecto del libro y en las que se mezcla el juego de damas no
puede ser más que por:
a) En el mismo se hace mención del nuevo
juego como “de la dama”, lo que hace ir en un solo paso al plural “de las
damas”, que unido a la existencia de este juego completa la confusión.
b) Lo anterior se une a que las personas que hacen estas referencias no son
muy duchos en ninguno de los dos juegos, confundiéndoles en la acepción
“juegos” sin diferenciarlos claramente.
Seguidamente Garzón
contestó en correo de fecha 5 de Abril de 2003:
“Su tesis
revolucionaria sobre el libro de Vicent
La
posibilidad tan sugestiva que usted plantea, en algún momento se me pasó por la
cabeza, no hasta el extremo que usted formula. Probablemente el conocimiento
seguro de que Vicent era un tratado con 100
problemas de ajedrez me impidió dar el paso que usted da.
…
Sin embargo, usted
plantea una cuestión que hasta ahora había pasado inadvertida a todos. ¿Y si lo
que confunde a Vargas-y en menor medida a Ribas y Caballero-es el
encabezamiento “de la dama”, con el que con toda seguridad empezaban muchos
problemas? Una idea importante y muy a tener en cuenta en el futuro“
La
cuestión es diáfana; la solución al enigma es mía y Garzón se la ha apropiado
sin indicar el autor y por tanto plagiando. Debo indicar que no sólo se
soluciona este tema sino que además asegura que todos los problemas del Vicent estaban titulados con las frases “de la dama” y
posiblemente “del viejo” o similar para los problemas medievales, por tanto se
resuelven dos cuestiones a la vez.
¿Y ahora qué? ¿Dónde queda la búsqueda de
justicia y reconocimiento de méritos que este autor dice siempre ser su guía?
¿O sólo es si se trata de Vicent?
En mi opinión no sólo el motivo es
apropiarse del tema, sino otro tan oscuro o más, a saber, ocultar lo máximo
posible mi existencia a fin de que nadie pueda llegar a lugares donde se ponen
en solfa sus tesis, aunque más bien se debe decir que se ridiculizan y
demuestran falaces tales argumentaciones, descubriendo su juego. Ese debe ser
realmente el motivo; de hecho estoy bastante convencido de que si yo siguiese
servilmente sus ideas y le diese la razón, no hubiese ocultado esto e incluso
me presentaría como “gran historiador”. Es lo que suele hacer con los que se
muestran serviles, siempre con objeto de engrandecerse él mismo, claro está.
2.2.- El método de
exclusión de antiguos juegos respecto al juego de damas
Este
método consistente en estudiar previamente los juegos que desde muy antiguo se
consideran por algunos “expertos” como juegos de damas y demostrar mediante
dicha exposición y estudio que no tienen relación con Damas, es usado a tal fin
por primera vez en mi artículo de esta misma página titulado “Las Damas y su origen: el fin de las fantasías”.
Dicho artículo fue
publicado anteriormente en portugués en la “Enciclopedia Damista”, con el mismo título y en su número de Enero de
2003, señalando la misma revista que les fue remitido en Septiembre de 2002.
Dicho método es
primordial, pues no basta que argumentemos sobre el origen del juego basándonos
en otros de los que podía proceder, sino que se necesita anteriormente
demostrar que el resto de juegos que pretenden ser Damas realmente no lo son.
Pues bien, nuestro
pertinaz autor desliza en alguna que otra ocasión y al respecto de otro autor
acólito suyo (Westerveld) que tal método ha sido
usado por él en primera instancia, lo que de nuevo es totalmente falso. La
mentira, ocultación y desvergüenza llega a tal extremo que es precisamente por
tal artículo en esta página que Garzón leyó, poniéndose en contacto de inmediato
conmigo señalando: “He de decirle que tengo mucho interés en su obra, habida cuenta de que su
artículo sobre el origen de las damas me pareció sencillamente irrefutable, así
como necesario y valiente” (correo electrónico de 6 de Marzo de 2003).
Pero no queda en esto
el tema. El mismo Westerveld copió el
artículo de mi página, sin avisarme siquiera de ello y lo puso en la suya como
demostración del origen de las damas. Allí estuvo muchos meses hasta
que lo ha eliminado con el objeto de no dar pistas sobre sus tropelías y de
paso ocultar la posible vía que llevase al descubrimiento de sus artimañas.
Creo que no hace
falta insistir más sobre el tema; nuevamente se apropian de las ideas y el
trabajo de otros borrando posteriormente pistas, con la mayor naturalidad y
cara dura.
2.3.- El libro
de Torquemada
Tema
ya tratado en (2) excepto en un
punto más que relevante: Garzón y sus acólitos pretenden eliminar de la
bibliografía damista el tratado
de Torquemada, en teoría el primer libro editado en el mundo
sobre el juego de damas.
Por supuesto también
se atribuyen tal “merito”, pero claro y como ya es costumbre vuelve a ser un
plagio de ideas y teorías ya expuestas por otros anteriormente. En concreto a
tal conclusión llega Sena Carneiro en el nº 161de la
Enciclopedia Damista, en artículo titulado
“¿Existió el Tratado de Torquemada?” con fecha….¡¡Junio de 1972!!
En fin, que estos chicos
llegan unos 33 años tarde, como mínimo, pues aún antes autores anglosajones y
otros habían puesto igualmente en duda la existencia del tratado. Pero da
igual, se lo apropian pensando que sus lectores desconocen estos temas y asunto
resuelto.
Se puede argumentar
que estos “fenómenos de la investigación” desconocían previamente este dato,
pero nada más lejos de la verdad, pues el mismo Westerveld ha
sido corresponsal en España y vendido la Enciclopedia Damista, además de poseerla en su totalidad claro está. En
fin, otro robo descarado sin más.
Como apostilla al
tema, ver (2). En mi opinión no
existe base suficiente para asegurar que el Torquemada no existió,
pues los argumentos de no haber sido encontrado o poseer una sola referencia no
son decisivos. Miles de libros e incunables han existido y desaparecido sin que
nadie vaya a saber jamás nada de ellos, ni siquiera su posibilidad y esto no
implica su no existencia previa y real.
Es seguro que existió
algún libro antes del Montero, el cual incluso lo reconoce al respecto de un
final de juego aunque sin nombrar título o autor; si fuese decisiva la falta de
referencias directas a un libro concreto resultaría que aun sabiendo
completamente cierta la existencia del libro anterior…¡deberíamos decir que no
existió porque nadie nombra su título ni autor!
2.4.- Damiano y cía.
El autor en su
incansable reivindicación de la totalidad de la herencia ajedrecística mundial
no se detiene ante nada. Visto que el intento de apropiación en su obra
anterior no le ha salido nada bien, arremete contra manuscritos y obras en todo
el mundo…¡apropiándose para Vicent de todas
ellas! Este hombre en su delirio ve a Vicent por
todas partes.
Como tratar en
extenso este tema me obligaría a escribir un libro sólo señalaré algunos
apuntes al respecto. El que en manuscritos italianos aparezcan palabras o giros
idiomáticos que se pueden identificar con el valenciano no tiene ningún peso
particular, por la sencilla razón de que también aparecen en italiano o
español, ya que en tal época y sobre todo en ciertas zonas italianas se hablaba
y escribía de forma bastante corriente en estos tres idiomas. Además al existir
ciertamente el libro de Vicent de 1495
copias de éste es normal que estuviesen en manos de otros autores que pudieron
copiar problemas que ya se encontraban en Vicent de
forma bastante literal al igual que hoy se hace con cualquier tipo de obra,
recopilando datos anteriores, ya que ningún libro es por completo original, no
importa el tema.
Por tanto el
argumento del idioma no tiene valor y mucho menos en la Italia de
los Borgia; ya queda reflejado que en las obras
italianas de la época es bastante corriente la mezcla de varios idiomas.
Un caso muy claro y
quizá el más famoso de ellos es el célebre Damiano,
escrito y editado en Italia por un portugués pero originalmente ¡en español e
italiano! El no estar escrito en portugués es también normal en la época, a
pesar del autor, pues este idioma no era demasiado conocido y sí como queda
dicho el español y por supuesto el italiano de la tierra; el otro idioma
conocido y utilizado en ese momento era el valenciano, sin duda por los
continuos contactos “mediterráneos” entre tierras tan accesibles una a otra, la
expansión española y la ubicación en Italia de importantes familias españolas y
sobre todo valencianas, entre ellas la conocida de los Borgia.
Aun así al autor del Damiano se le
“escapan” palabras o giros en portugués delatando claramente su procedencia.
Todo esto es sencillo y claro, no tiene nada de extraño y oculto.
Pues bien, a pesar de
todo y como no puede ser de otro modo para el autor…¡el Damiano también es obra de Vicent que
se “oculta” para no decirnos directamente que es él! Así por las buenas; para
arreglar los giros portugueses se arguye que Vicent ha
debido utilizar algún colaborador de esta nacionalidad (sin relevancia en la
obra, por supuesto, un simple escribiente) al que se escapan estos giros (??).
Sus argumentos son
maravillosos, a saber, el consabido de que temas del Damiano son
copia del Vicent (por lo visto éste se iba
copiando a sí mismo por todas partes) y el infantil y risible de la
interpretación de la palabra “Questo”, al estilo de
las basuras actuales como “el código da Vinci” y compañía (ni que la
historia se pudiese escribir mediante interpretaciones cabalísticas o cuentos).
Este personal, en su completa ignorancia sobre cualquier tema ni siquiera da en
pensar que se puede inventar cualquier cosa dando interpretaciones de todo tipo
a palabras, iniciales, números o lo que se ocurra. De hecho es posible desde
cualquier texto, palabra, etc. encontrar relaciones con otro tema escogido al
azar y sin mucho esfuerzo.
Esto se llama “la ley
de los pequeños números” pero estos ni se enteran y luego van haciendo el
ridículo; no debería ser así pues el mismo autor posee mi libro “Tratado Hipermoderno del Juego de Damas” donde se dan ejemplos
verdaderamente increíbles de la “información oculta” que se puede extraer de
cualquier lugar, que haría creer al lector que existe “algo extraño” en ello
cuando en realidad es un puro invento mío.
Otro ejemplo de esto, aún más increíble
por lo real que resulta ser lo doy en esta misma página en el artículo “Viendo la luz” en el que satirizo estas creencias; dicho artículo
también fue publicado en ED en su número de Julio de 2004. Se enmarca dentro de
la polémica sostenida con un problemista portugués
(Eduardo Valente) sobre estas estrafalarias creencias “ocultistas”; a fin de
demostrarle que cualquier cosa se puede extraer de otra, deduje en este relato
su mismo nombre y apellido de las características verdaderas de los finales y
problemas del juego de damas, con una serie de coincidencias maravillosas y que
verdaderamente abruman, ¡casi me convenzo yo mismo y eso que había inventado la
historia en menos de una hora! Se recomienda leerlo, se pueden extraer muchas
enseñanzas.
3.- El "Scachs d'amor":
4.1.- La creencia en
las martingalas: la “creación instantánea” del nuevo ajedrez
No me extenderé mucho en este punto ni el
poema en general pues también se trata en (2); señalar que por supuesto ni el mismo
autor interesado cree en ello como me hizo saber en correo de fecha 5 de Abril
de 2003 y en otra de sus obras (3), pero posteriormente al darse cuenta de que
necesita la creación instantánea de juego como única forma de asentar la
hipótesis valenciana (único tema de su verdadero interés) reniega de lo que él
mismo conoce y cualquier persona normal puede comprender sin problemas, reniega
de todo argumento histórico, técnico o lógico (así lo hace saber en anterior
obra en colaboración) para embarcarse en hipótesis peregrinas a fin de
“establecer” la hipótesis valenciana. Lamentable.
En el citado correo
me indica:
“Coincido con usted y así lo digo en mi libro y en algunos artículos, que
el ajedrez moderno debió surgir al menos unos cuantos años antes de la
elaboración del scachs d’amor.
De hecho un punto de inflexión puede estar en la obra
de Jaume Roig L’Espill, pues hay una
estrofa alusiva presumiblemente a la dama y su poder devastador y esta obra es
de 1459. En todo caso parece evidente que los tiempos de la reforma fueron
alcanzados por Fenollar y sus amigos, pues
esa idea se reitera en el poema. Esa es la generación, presumiblemente en su
juventud que crea y conoce el nuevo ajedrez.
Soy
de la opinión que el alfil pudo ser creado con anterioridad, idea que por
primera vez planteo yo en la Historia del Ajedrez, de ahí
que su movimiento estuviese ya asimilado por entonces”
Está claro su punto de vista, en gran
parte lógico, entonces ¿por qué el cambio? Muy sencillo, si el nuevo ajedrez no
se crea en el mismo poema nunca se puede asegurar que sus creadores sean valencianos
y por tanto es necesario datar su creación en este mismo momento y además
completa, no caben medias tintas a fin de mantener su postura. Se reniega de
las evidencias y punto.
4.2.- ¿Es ajedrez
actual?
También esto fue tratado en (2) pero haré
alguna pequeña matización más: por supuesto la partida no es ajedrez moderno
sino una partida de un ajedrez en periodo de cambio, con reglas muy arcaicas y
que resulta “inteligible” sólo por el hecho de que en su desarrollo no se
aplicaron muchos de estos arcaísmos que la hubiesen invalidado para el momento
actual.
Como ya señalé esto
puede suceder incluso con problemas medievales, los cuales pueden pasar por
modernos solamente con no utilizar los antiguos movimientos o reglas y sí los
comunes al tiempo actual. En el mismo juego de Damas unos estilos pueden pasar
por otros sólo con utilizar sus reglas comunes; bastaría jugar una partida al
estilo clásico con la utilización de sólo peones o en caso de damas eligiendo
movimientos de un solo escaque para que fuese indistinguible de una partida
de checkers, sin que por ello sea en origen de
este juego.
El desarrollo de una
partida antigua, incluso posterior como en tiempos de Ruy López, no se puede
dar por moderna (aunque cuanto más moderna más cerca del ajedrez actual se
encontrará) pues existe el problema de la “regla latente”. Por ejemplo, la
regla del peón al paso no es utilizada en la mayoría de las partidas actuales
pero su influencia es decisiva en el desarrollo de éstas, pues si no existiese
el devenir de cada partida sería completamente distinto. Por tanto aun no
habiéndose producido en el desarrollo de la partida es vital para ésta y para
el juego. Lo mismo se puede decir de otras e incluso
del enroque moderno, no utilizado como tal hasta mucho después de Ruy
López, a su vez muy posterior al scachs. Esto se
puede argumentar con muchas de las reglas actuales.
Por tanto sólo podrán
ser consideradas como ajedrez moderno las partidas desarrolladas mediante unas
reglas cuya aplicación no implique un cambio fundamental en la táctica y
estrategia profunda respecto al juego actual.
El mismo autor
descubre la falacia de considerar la partida del scachs como
ajedrez moderno al hacer notar la anécdota de Kasparov viendo
la representación de ésta en Alcoy e indicando a Calvo una jugada distinta a la
realizada con sacrificio de dama pero que llevaba al mate inmediato, sin saber
que tal movimiento era imposible en ese ajedrez ¡pues si perdías la dama se
perdía también la partida! ¿Puede estar más claro el tema de la “regla latente”
e incompatible entre ambos tipos de ajedrez? No existe duda, la partida
del scachs no puede representar al ajedrez
moderno.
4.3.- Datación:
filigranas y monsergas varias
Respecto a las
filigranas del papel de la época y en las que están escritos diversos
manuscritos, el autor nos da otra lección de partidismo y sesgo. Si se trata
del scachs ésta es aceptada plenamente, con
los matices necesarios para ajustarla “milimétricamente” incluso al año
deseado, pero si es el manuscrito del Escorial, cuya filigrana es muy anterior
a la del scachs entonces este criterio es
susceptible de muchas dudas y errores.
Aunque existe esa
posibilidad, en ningún momento lo hace notar tratando el scachs, diciendo posteriormente que debe haber criterios
conjuntos que se apoyen. Por supuesto la filigrana indica que el manuscrito
escurialense sería muy anterior al scachs y
entonces adiós a la hipótesis valenciana; para protegerse de ello se aduce el
criterio de algunos expertos indicando este manuscrito como de principios del
siglo XVI apoyándose sin más en el tipo de letra, pero esto no deja de ser
opinión pues en otro caso estaríamos hablando de certezas no de opiniones o
creencias.
La realidad es que el
manuscrito del Escorial se sabe contiene material de pleno siglo XV y es obra
de más de un autor; además figura como fecha de posible terminación del
manuscrito el año 1500 (reflejada en el manuscrito mismo), a lo que por lo
visto no se da demasiada importancia ¿por qué? No creo que el escritor de tal
fecha pretendiese engañar a la posteridad, tenían otras cosas en que pensar
ciertamente.
Por ello puede ser
muy cierto lo siguiente: el manuscrito del Escorial contiene material del siglo
XV y por ello nada hace descartar que lo referente al ajedrez no sea de tal
tiempo; uno de los autores parece indicar que en aquel tiempo en Italia se
jugaba sólo al ajedrez antiguo lo que indica fechas anteriores al siglo XVI,
pues éstas se acercan sin duda a falsear tal aseveración. Por ello y respecto
al tipo de letra es totalmente plausible que el contenido del manuscrito sea de
tiempo anterior y que se haya escrito como tal pasados años de la concreción de
tal contenido, lo que explicaría los autores varios y el material sabido de
diversas épocas. En tal caso y respecto al material ajedrecístico haría que
éste fuese plausiblemente anterior al scahs.
El argumento
“técnico” de Garzón (para salvar esta posibilidad letal para el scachs y la hipótesis valenciana) de que la calidad de
los problemas es grande y que ello hace que sin duda necesiten de gran práctica
en el juego y sean por tanto de tiempos en los que el ajedrez moderno ya estaba
muy desarrollado es incompatible con su misma “creencia” de que ¡¡los
argumentos técnicos no tienen ninguna validez si se trata del scachs o de la hipótesis valenciana!!
O sea, la ley del embudo: lo ancho para mí y lo estrecho para ti.
Aparte de que es
mucho más fácil llegar a construir buenos problemas que saber el valor
estratégico de las piezas, su equivalencia y el desarrollo medianamente lógico
de una partida. Por ello y dado un juego cualquiera, sabiendo solamente sus
reglas es posible para alguien sólo medianamente dotado construir problemas con
pocas piezas y válidos, e incluso de cierta calidad, además de descubrir
finales de juego. Es muy claro que si a personas con el talento para el juego
de los grandes maestros (cualquiera de ellos) se las hubiese indicado sólo las
reglas de éste, por ellos mismos habrían descubierto de forma fácil los mates
básicos e incluso buenos problemas con ciertas capturas semi-forzadas e incluso mejores. Yo mismo he realizado esto
con el juego de damas desde el cero absoluto y hasta el nivel de mi obra “Tratado Hipermoderno”.
Pero jamás podrían
por sí mismos llegar a comprender desde la apertura el desarrollo lógico de
ésta, el porqué de la lógica del centro, la equivalencia de las piezas y muchas
otras cuestiones estratégicas. Estos temas sólo se descubren por generaciones
de jugadores y por miles de partidas, por ensayo de “prueba y error”. Por ello
necesitan toda la teoría anterior para saber al menos cómo empezar el juego;
jamás lo hubiesen sabido con su solo pensamiento.
Esto es así porque
ningún juego tiene reglas sin excepción y su verdadera esencia no es matemática
sino caótica y por ello se necesita de prueba y error para comprender al menos
de forma mínimamente estadística por dónde se alcanzan mejores
resultados, haciendo para ello infinidad de pruebas; esta es también la razón
de que no exista una evaluación general totalmente correcta en el ajedrez (ni
en juegos de complejidad media) y que sea más importante el ver un poco más
lejos que toda la sapiencia del mundo.
De paso indicar
respecto a esto el que la existencia de niños prodigio se debe a ello
precisamente, pues su capacidad de cálculo y de ver un poco más lejos supera a
la sapiencia que jugadores más veteranos puedan tener, siendo estos los que sin
duda conocen más sobre teoría del juego. También es la razón del por qué las
máquinas necesitan ver siempre más lejos para mejorar su juego, cuestión tan
importante o más que su propia evaluación. Tal tema da por sí mismo para un
libro entero y no me puedo extender más aquí.
Pero claro, el autor
y sus acólitos nada entienden ni saben de esto, aceptando lo imposible como el
ya enorme conocimiento de los autores del scachs sobre
la estrategia del juego (desarrollo, importancia del centro, equivalencia entre
piezas incluso alguna de ellas relativamente nueva, valor de éstas, etc.) y
exigiendo a los demás la necesidad de suficiente tiempo en temas mucho menos
importantes y fáciles de adquirir como la supuesta “calidad” de una composición
menor respecto al juego en sí y puramente inventada. No merece la pena ni decir
más a este respecto.
4.- Vicent:
Este es uno de los personajes claves en el
universo garzoniano, pero realmente ¿Qué sabemos
de él? Absolutamente nada aparte de una referencia a ser el autor del libro de
1495 y lo que revela el título de éste, que era natural
de Segorbe criado en Valencia. Es todo lo que se sabe con certeza
de Vicent.
A fin de continuar la
historieta Garzón le sitúa en distintos lugares sin prueba ninguna; incluso el
que sea la misma persona que tenía el cargo de justicia en Segorbe en
1500-1501 es algo sin comprobar con certeza; bien puede ser otra persona con igual
nombre, sin más, de hecho varias de ellas existían en Valencia en el mismo
momento y podía haber más ¿por qué el justicia iba a ser la misma persona del
libro de ajedrez?; de hecho no se sabe si llegó a regresar alguna vez como
vecino de Segorbe ni nada de nada.
No se sabe su
profesión, su historia anterior o posterior, etc. Sobre este total
desconocimiento pretende Garzón, suposición tras suposición, hacer que tal
personaje sea el que se encuentra en todos los avatares del ajedrez de su tiempo
¡sin saber ni un solo dato cierto sobre él!
Incluso la suposición
de que sea judío converso tiene ninguna prueba a favor, ¿por qué iba a serlo?
Según nuestro erudito es que en la época ese apellido lo tenían muchos judíos
conversos. En fin, otra de sus “maravillosas” deducciones. Por supuesto, aunque
sólo sea un supuesto Garzón lo utiliza en todos sus argumentos posteriores como
si fuese hecho probado, basando en ello incluso su apropiación del Damiano. Realmente de pena.
Esto de los “judíos
conversos” llega al punto de la tomadura de pelo; al parecer para muchas
personas que hablan de tales épocas todo el mundo es “judío converso” o
“morisco”, sin lo cual nadie puede tener la mínima importancia; dan ganas de
reírse si no fuese porque en esencia es un insulto a todos los demás que encima
son la mayoría ¿es que el resto de las personas son tontos? ¿es que los
demás no valen para nada ni tienen iniciativa ninguna? Dentro de poco van a
salir diciendo que los Reyes Católicos, Colón, etc. también son
conversos o algo así. En fin, que a pesar de no estar directamente relacionado
con el tema tratado lo quiero hacer notar también.
En el libro Garzón
llega a “opinar” que Vicent se fue a Italia
y que era el maestro de Lucrecia Borgia(¿de
dónde se lo habrá sacado? Bueno, es una opinión) indicando incluso que de
seguro, cuando se fue allí “llevaba el Lucena consigo”. Pero digo yo, ¿para qué
iba a llevar el Lucena cuando él mismo era el autor de todo lo que éste
refleja?¿no sería más lógico que llevase su propio libro? Todas las historias
respecto a Vicent están referidas a
“opiniones” y “suposiciones” de este jaez, lo que es igual que decir basadas en
nada.
En conclusión,
de Vicent sólo se sabe realmente que
corresponde al nombre de una persona que escribió el libro de 1495,
absolutamente nada más y con estos antecedentes poco se puede indicar como
histórico a no ser el dato mismo. El resto de especulaciones no tienen base ni
importancia histórica alguna.
5.- ¿Regionalismo
implícito?
Previniendo posibles
especulaciones sobre su interés al escribir de este tema, el autor indica
rápidamente que no es un tema de regionalismo, sino de justicia y
reconocimiento de méritos, que poco le importan en otros casos, como he
demostrado ya en todo lo anterior.
Pero claro, no se le
escapa a nadie que en todo esto sólo existe regionalismo puro y duro; incluso
la publicación del libro es inequívoca ¿Quién lo va a publicar? ¡Acertó por
supuesto! La Generalidad Valenciana, quién iba a ser. ¿Lo habría publicado
cualquier otra comunidad si se lo hubiesen planteado? Ni contesto porque me da
la risa. De igual manera tampoco lo hubiesen publicado en Valencia de ir uno de
Pontevedra con idéntico libro sólo que cambiando Valencia por Pontevedra;
aunque en realidad es de lástima pues esto sucedería incluso en el caso de
obras aceptables, lo que no cabe ninguna duda es que así es; en caso contrario
¿podría indicar alguien una obra sobre datos históricos positivos respecto a una
comunidad autónoma que haya sido publicado por otra? (la única salvedad puede
ser castellana).
Nos encontramos en
tiempos muy oscuros para la verdad, sobre todo en España y en el momento actual
cada uno se inventa la historia que le viene en gana con las mentiras más
atroces y denigrantes que imaginarse pueda; en este contexto es el momento
apropiado para obras del tipo de la que estamos tratando (1) ya que sobre todo
ciertas comunidades harán lo que sea por “ser importantes” a cualquier precio.
De hecho aunque es
cierto que el libro antepone de alguna manera la primacía española y como
inclusión en ella la valenciana, el hincapié realizado en ésta es por momentos
demasiado para no dejar translucir el regionalismo. Es como si hablando del
descubrimiento de América (¡y esto sí es importante!) en vez de indicar a
España como su realizadora se indicase a Castilla, aun siendo la verdad, o que
se escribiese siempre ‘España(Castilla)’. ¿No llegaría esto a desplazar a
los demás? ¿No les indicaría que en cierto modo se les excluye de tal
acontecimiento?
Pero claro, Castilla
jamás ha tenido pretensiones de imposición pretenciosa y pueblerina, por lo
tanto aún en temas de la máxima importancia como el indicado (y completamente
cierto, América fue descubierta por Castilla, no por España) se ha querido
nunca hacer de menos al resto, pues ni aún en los casos ciertos como éste se
puede argumentar en tal sentido ya que la realidad profunda es muy otra: nadie
por sí solo hubiese conseguido nada, ni Castilla ni Valencia ni nadie; lo
conseguido es gracias a la suma de todos, al esfuerzo común, por tanto es
ridículo argumentar en singular algo que se debe a pertenecer a un ente global.
En el caso que nos
ocupa, si quieren defender Valencia y todo lo que representa mejor es que
empiecen a hacerlo ya contra quien de verdad les ataca, les anexiona, les roba
su cultura y su idioma y les ridiculiza en todo momento, o sea, el integrismo
catalán.
Como final quiero
hacer notar que todo lo anterior no implica que la hipótesis española y la
valenciana que se puede incluir en ella sean falsas; España es en el momento
actual el máximo candidato a la generación del ajedrez moderno y la hipótesis
valenciana es posible al igual que otras, aunque más bien es seguro obra de
diversos lugares y de largos años (sobre este tema argumentaré en otros
artículos). Lo único que quiero aclarar es que con estas obras pseudo-históricas no se ayuda en absoluto, pues al ser
erradas y fantasiosas dan argumentos a los oponentes de la génesis española
para ridiculizarla e ir contra ésta en general.
La historia se
construye con datos explícitos y fehacientes, fuentes coincidentes diversas,
etc., no con fantasías, opiniones ni suposiciones, por tanto debemos ceñirnos a
lo que realmente sabemos, en este momento suficiente para apoyar la génesis
española. Son los demás quienes deben demostrar sus pretensiones y encontrar
pruebas que las demuestren, no el que ya tiene las pruebas a su favor.
José Luis González Sanz
15 de Febrero de 2006.
Todos los derechos reservados
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(1) “El regreso de Francesch Vicent”(José A.
Garzón Roger)
(2) “La
historia interminable I”
(3) “En pos del incunable
perdido”(José A. Garzón Roger)
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